El proyecto consistía en una gran remodelación de la Piazza Castello de Milán (Italia). Entre el ambiente paisajista de Parco Sempione y la fuerza urbana de esta ciudad histórica, la plaza Castello, hoy se ha convertido en un lugar contemporáneo de reconciliación, de síntesis y de encuentros.
El espacio público de la plaza, que era fuertemente heterogéneo y fragmentado, se simplifica alrededor de una alfombra central, mineral y compartida, el espacio compartido (shared space). Este espacio es integrado con las vías Beltrami y Largo Cairoli para formar una sola superficie, destinada principalmente a los peatones y los ciclistas, compartiendo con el transporte público y local.
Las acciones de reorganización y de costura urbana fueron activadas a lo largo de este ángulo catalizador. Por ejemplo, la antigua influencia de la vía Castello es devuelta a los lugares de vida y se lleva a cabo la extensión del ambiente vegetal del parque.
Los locales y los visitantes ahora disponen de un centro urbano renovado; un lugar privilegiado para las actividades lúdicas, el descanso y los eventos culturales y artísticos.