La realización de esta rampa urbana tenía como objetivo instaurar una conexión nueva y sólida entre la meseta de Rouher y el centro histórico de la comuna de Creil (Oise). Precisamente, se trata de establecer una “unión urbana” que permitiese crear un enlace funcional entre dos entidades distintas, tanto geográficamente como morfológicamente. Al mismo tiempo, priorizar sus diferentes usos en función de los espacios de paso y/o los limítrofes.
La intención del proyecto fue ofrecer una alternativa de desplazamiento por los llamados modos «suaves» en las laderas de Laversine entre el barrio de Rouher ubicado en la meseta y el centro de la ciudad en el fondo del valle de Oise.
La topografía es remarcada marcada ya que se pretendía superar un desnivel de 40 metros en 1,2 kilómetros. Esta rampa hace posible el recorrido, incluso para personas con movilidad reducida (PMR), desde el barrio de Rouher, en la cima de la colina, hasta el borde del parque que conduce al centro de la ciudad. Los tres usos predominantes -personas con movilidad reducida, bicicletas y vías de servicio- comparten el camino a lo largo de la rampa.
La rampa urbana combina con la variedad de sitios remarcables que ofrece el lugar y el diseño, como un trávelin en la ciudad, reflejando todos los elementos que componen el paisaje de Creil.
Las laderas de Laversine marcaron una ruptura urbana entre las diferentes entidades que constituyen el paisaje. Esta ruptura, ya no se ve como tal; al contrario, se ha convertido en un punto fuerte y destacable para toda la ciudad.
